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viernes, 8 de abril de 2016

"La casa mágica" de Ismaïl Ounacer

Ilustración Ismaïl Ounacer




En un país lejano había una ciudad muy grande y muy bonita con edificios de muchos cristales, que se llama Los Ángeles. La ciudad tenía unas calles con jardines de margaritas blancas y amarillas. No muy lejos de la ciudad había una casa mágica amarilla y roja. La casa convertía a las personas en coches cuando entraban dentro de ella.

Mariam había nacido en Marraqués, una ciudad de Marruecos. Marraqués es una ciudad muy bonita con un mercado muy grande. Maríam quería entrar en la casa mágica para pedirle unos juguetes para su niña. La casa convirtió a Mariam en un coche. Su niña se puso muy triste porque su madre era ahora un coche. 

Un día Mustafa tomaba el sol con su niño y escuchó llorar dentro de la casa. Mustafa fue a la casa y entró con mucho miedo y empezó a llamar, para saber quien vivía en la casa y preguntó:

- ¿Quién está llorando?

Mustafa vió un coche llorando y el coche le dijo:

- Me llamo Maríam y al entrar en la casa me he convertido en un coche y mi niña está muy triste, porque yo no la puedo abrazar y dar besos y tiene mucha tristeza.

Mustafa fue a ver a sus amigos Pepe y Alí para contarles lo que había pasado en la casa. A sus amigos se les ocurrió una gran idea. Tenían que sacar el coche de la casa. 

Así que Mustafa consiguió sacar el coche de la casa con ayuda de su amigos Pepe y Alí. Y de pronto el coche se convirtió en Maríam.

Mustafa, Pepe y Alí habían solucionado el problema de Maríam y celebraron una fiesta, con Maríam y su hija. Invitaron a todos los vecinos y comieron y bailaron.

Y con esto os puedo decir que nuca más la gente se volvió acercar a la casa.

Fin 

 
Ismaïl Ounacer

2º de Primaria. 8 años

Canillas de Albaida 

" Si yo fuese una mariposa" de Valería Díaz Guerrero






Si yo fuese mariposa... Volaría una tarde de verano sobre el campo de Canillas de Albaida, con mis alas rosas con puntos amarillos y podría ver el paisaje. Iría viendo las flores, los pinos, los olivos llenos de aceitunas y los almendros, para recoger el polen. También vería las casas de paredes blancas y tejados rojos, y sus gentes caminando por las calles y los pájaros revoloteando contentos y felices. Iría a posarme a la ermita de Santa Ana, después bajaría a la ermita de San Antón y me encontraría con la piscina. Me daría un chapuzón en el agua fresquita.


Valeria Díaz Guerrero
4º de Primaria

"CRÓNICAS ALBAIDIANAS" de Claudia Ruiz López

   


Era una noche de viento y escuché un sonido y vi una nave espacial y salió un hombre de ella. Yo salí de la casa y vi como tenía un arma poderosa y destruyó el campo de fútbol y los árboles. Llamé por teléfono a mis amigos y nos fuimos al polideportivo. Luego fuimos a la nave y había extraterrestres dentro. Nos capturaron y nos llevaron a Marte. Alli había vida, casas y gente sin orejas. El extraterrestre se quitó el casco y había también aire y se podía respirar. 

      Le dije. - Hola. Él me respondió y me dijo también hola, y nos fuimos de nuevo a la Tierra.
   
    Yo tenía un secreto. Todas las noches iba de viaje a Marte. De repente ya no iba todo tan bien, porque ya no había aire en Marte por culpa de un villano que se llamaba Terraco, que robó el aire de Marte y tuvimos que ir a la Luna. Allí le pillamos y caso resuelto.

Claudia Ruiz López
3º de Primaria
Canillas de Albaida

"CRÓNICAS ALBAIDIANAS" de Sara Romero Stahovcova

   



Esta mañana he visto un hombre desde mi casa en una mini nave y me ha dado la sensación de que era un alienígena, porque era muy muy alto. Tenía el pelo corto de color rojo y sus ojos eran rojos. 
     Yo le he preguntado:
      - ¡Hola! ¿Tú de dónde vienes?
      Él con una voz de canté me ha dicho:
      - Yo vengo de Marte, un planeta muy bonito, pero es como un desierto y no hay nada ni siquiera hay agua ni oxígeno. Yo puedo vivir allí, porque tengo una máquina que me da todo lo que necesito.        Yo le respondí:
      -¡Ah! Pues aquí no tenemos tecnología, el oxígeno, el agua y los alimentos nos los proporciona la naturaleza. 
      El me respondió: 
       - ¡Qué cosa más interesante! Me voy a ir ya mismo, porque en llegar a Marte se tarda muchos años. 
      Yo le respondí:
      - Bueno,vale. Si quieres te puedes quedar a comer y pruebas nuestra comida. 
      Él me dijo:
      - Vale, me quedo, si quieres nos vamos ya a comer.
      - De acuerdo - le contesté - Si quieres te llevo a un restaurante donde la comida la hacen muy bien.
       - Vale, venga.

       Y nos fuimos a comer y luego se marchó.

Sara Romero Stahovcova
4º de Primaria
Canillas de Albaida.

"CRÓNICAS ALBAIDIANAS" de Javier García Cerezo.

   



 Año 2086. Esta tarde en Guadalinfo vi a un niño. Estaba seguro que tenía nueve años por la altura, no sabía utilizar el ordenador. Fue al servicio y andaba muy raro y nadie lo notaba. Creía que era un marciano pero no estaba muy seguro.Fui detrás de él y entré en el servicio y pegué en la puerta. No contestaba nadie. Abrí la puerta lentamente y no había nadie. La ventana estaba muy alta para que pudiera salir. Miré por todos los sitios pero no había nadie. ¿Se habría teletransportado? Era un caso. Eran las ocho justas. Iba para mi casa extrañado. Ya sabía que era un marciano y que se había ido a su planeta.
Javier García Cerezo
4º de Primaria
Canillas de Albaida

"La rosa y la cabra" de Javier García Cerezo


"La libélula y la mariposa" de Valeria Díaz Guerrero



"La amapola y la abeja" de Raúl Martín Fernández



"Amigas" de Sara Romero Stahovcova




"Campo alegre" de Éryka Aguilar Ganchozo



Éryka Águilar Ganchozo

4º de Primaria

"El yinun" de Aya Zarhouni


Hace mucho tiempo en un castillo de un país lejano vivía un yinun que era invisible. El yinun se alimentaba de la alegría de los niños y de las niñas.
El castillo estaba rodeado de flores de muchos colores. 




 

Cerca había un pueblo con casas muy bonitas. El pueblo se llamaba Marraqués. Allí vivían una niña y un niño, que se llamaban Maríam y Mustafa.











 
Un día el yinun asustó a Mustafa y Mariam, que paseaban por el campo. El yinum gritó:

-¡ Os voy a comer la felicidad, niños! 

El niño y la niña corrieron asustados y llorando a su casa.

 
Su madre preguntó que por qué estaban asustados y llorando. Ellos dijeron que un yinun quería comerse la felicidad que tenían en su corazón. Su madre se echo a reír, porque no creía en los yinun.

 Fin.

Ilustraciones Aya Zerhouni
Fin.



Aya Zerhouni
1º de Primaria 
Canillas de Albaida