Había una vez una ninfa, que se llamaba Violeta. Violeta era muy juguetona. Un día fue a jugar con su amiga Eli a la pradera. Jugaron al pilla pilla y al escondite. Su amiga Violeta le dio un golpe a su varita y la rompió.
- ¡Oh, no! Mi varita se ha roto. - dijo Eli.
- Perdón, Eli. Lo siento. - contesto Violeta
Eli estaba muy triste, porque la varita era de su madre. Violeta le pidió a Eli que se quedará con su varita, porque era idéntica a la de la madre de Eli, pero ella no la aceptó. Entonces Violeta pensó comprarle una varita nueva en la tienda de magia de José,"el mago".
- Espera,- dijo Eli-, vamos a ver si con tu varita podemos arreglarla, porque su varita era también mágica.
Entonces Violeta realizó un hechizo mágico: ¡Varita, varita, arréglate tú solita! Por arte de magia potagia la varita se arregló solita.
Violeta le dio las gracias a su amiga Eli y siguieron jugando felices y contentas al pilla pilla y al escondite.
Nicolás Sánchez Ariza
3º de Primaria
Sayalonga
Me encanta
ResponderEliminarPrecioso el dibujo y el cuento.
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