En una granja lejana vivía una oveja muy simpática y buena. Se llamaba Rebecca. A Rebecca le gustaba mirar las amapolas y comer la hierba dulce.
Por las tardes le gustaba correr por el prado con sus amigos del rebaño o ver a los patos jugar y nadar en el estanque.
Un día un mosquito picó a Rebecca en la nariz, porque tenía hambre. Rebecca se enfadó con el mosquito. Rebecca se arrascó en la nariz porque le dolía mucho.
El mosquito se escondió en el jardín del granjero.
Rebecca le pidió a su madre que le curara la picadura, pero su madre no sabía como curar la picadura del mosquito. Entonces preguntó a las madres de sus amigos, pero solo una de las madres sabía como curar la picadura. Tenía que comer la rodaja de una manzana, miel de rosas y una fresa del huero del granjero.
Cuando comió todo se le curó la nariz.
Ilustraciones realizadas por Rebecca Isabel Wilckonson |
Rebecca, me ha gustado mucho tu relato. Es una pena que el mosquito tenga poco protagonismo en la historia. ¿Qué ocurrió con el mosquito? Me lo cuentas en otro relato. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias. El mosquito se quedó en la granja escondido. Te lo contaré en otro cuento. Un beso
EliminarMe encantó tu cuento... Si se me olvida el remedio para curar las picaduras de mosquito, me la dirás tú? Gracias guapa.
ResponderEliminarMuchas gracias.No sé curar las picaduras de mosquito de personas, pero puedo preguntar a mi madre. Un beso.
Eliminar