Ilustración: Joaquín Aguirre Valdés
Érase una vez que había un lápiz mágico, que podía escribir solo. Un
día, un niño descubrió el lápiz tirado en el piso del colegio.
El lápiz le ayudó mucho al niño a escribir, a pintar,a dibujar...
El niño no tenía más lápices, era su único lápiz. Cuando llegó a
clase, todos sus compañeros querían ver como el lápiz escribía solo,
porque era mágico.
El lápiz se rompió, porque un niño se lo rompió.
El niño estaba muy triste, porque era su único lápiz. Cuando llegó a
casa, su padre le preguntó:
-¿Qué te pasa hijo?
El niño le respondió:
-¡Qué me han roto mi lápiz mágico!
El padre le dijo que si hablaba del lápiz que él tenía sobre la mesa
en su despacho. El niño le dijo a su padre que sí. Entonces el padre
le dijo que fuera a ver a su despacho. El niño salió corriendo al
despacho de su padre y se encontró sobre la mesa del despacho el
lápiz mágico, que estaba arreglado. Cuándo vio el lápiz mágico el
niño se puso muy feliz, pero nunca entendió como el lápiz estaba allí
y arreglado.
Joaquín Aguirre Valdés
3º de Primaria
Sayalonga